Pablo Iglesias, líder de "Podemos" |
Tras travestirse de socialdemócrata el líder absoluto de Podemos sabe que ayudando a la fragmentación de España se acerca a la destrucción del Estado español, paso previo a una verdadera revolución. Él es un revolucionario, lo ha dicho él, "Y la obligación de un revolucionario es vencer", dijo Pablo. Por las buenas o por las malas. Violar la soberanía popular con el pretexto de defender una identidad es la excusa hacia el objetivo final de vencer al Estado. Que Podemos anteponga ahora el referendum catalán como línea roja antes que las medidas sociales es un hecho táctico hacia su meta de ruptura. Es una prueba evidente de su esencia revolucionaria. El apoyo al nacionalismo catalán es sólo instrumental.
Podemos utiliza el referendum catalán y el supuesto derecho a decidir como táctica política para conseguir su objetivo estratégico: la ruptura del Estado español y, con ello, la fragmentación de la unidad de España. Divide y vencerás. Como dijo Zapatero, verdadero hacedor de la situación política de nuestro país hoy, "España es un concepto discutido y discutible", y describió bien el propio concepto que de España posee esta extrema izquierda quejosa y revanchista, que décadas después defeca sobre la conciliación nacional de la transición con la Ley de Memoria Histérica.
En mi primera parte hablaba de nación, en la segunda de Estado, que es el poder, que es lo necesario conquistar, para destruir lo primero, o, al menos, intentarlo. Como me explicaba un buen amigo, instruído y militante de Podemos, "este discurso (el de Podemos) viene precedido de un acuerdo para un nuevo modelo de convivencia y seguido de una serie de cambios sociales y culturales paradigmáticos"
"Nuevo modelo de convicencia" es un término amable, un eufemismo de la quiebra que persigue Pablo Iglesias. Protagonizando un proceso de ruptura, como su propio vocabulario propagandístico e ideológico, "amable", tanto como eficaz. El revolucionario debe vencer, es su obligación y se ha dado cuenta que la estrategia más plausible para conseguir su fín último es el apoyo al "derecho a decidir" de una parte de la sociedad catalana. Ninguneando la Soberanía Popular que reside en toda la Nación española y no en una parte de ella.
La fragmentación de la unidad de España es la estrategia de Podemos para conseguir, en palabras de Marx, "la destrucción del poder estatal, su amputación, el aplastamiento de esa excrecencia parasitaria"
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